Cuando hablamos de responsabilidad social nos referimos al compromiso y obligación que tienen los individuos sobre el impacto de una decisión en la sociedad en su conjunto. De esta manera, estamos abordando el campo de la ética y la deontología. Podemos centrarnos en diversos aspectos, como son la responsabilidad ante la ley, los derechos humanos, el medio ambiente, las corporaciones o las fundaciones.
Debemos tener claro que la responsabilidad social y la deontología son términos más importantes en el ámbito práctico que en el teórico. Así, la ética profesional y una visión contextual son dos pilares que siembran los cimientos de la RS.
La norma ISO 26000 es una guía que establece las líneas de actuación en la RS establecidas por la Organización Internacional para la Estandarización. No tiene propósito de ser certificatorio, regulatoria o de uso contractual. El objetivo de la norma es:
- Ayudar a las organizaciones a implementar y establecer sus estructuras en RS.
- Apoyar a estas organizaciones.
- Promover y potenciar una máxima transparencia de RS en las empresas.
- Hacer un análisis de la factibilidad de la actividad, refiriéndose a los asuntos que pueden afectar la viabilidad de la actividad y que requieren de consideraciones adicionales por parte de ISO.
Por otra parte, el establecimiento de la norma conlleva una serie de beneficios, como son:
- Facilitar el establecimiento y mejora de la RS en organizaciones.
- Incrementar la confianza y satisfacción de los accionistas y grupos de interés de una organización.
- Aumentar las garantías y fortalecerlas en materia de RS.
En el sector de las fundaciones, es muy importante contar con una gran ética y manifestar una gran RS. No debemos olvidar que los fondos que captamos van dirigidos íntegramente a objetivos y fines específicos, y por lo tanto, nos encontramos fuera de la lucración.
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